Ya lo he dicho muchas veces, "en lo mas cotidiano se encuentran las mayores bellezas", y una vez mas os lo quiero demostrar con una fotografía. Se trata de esta en la que vemos uno de los edificios mas altos de Logroño, por donde pasamos muchos días y nunca nos paramos a mirar hacia arriba. Hasta que llega el momento que alzas la vista al infinito y descubres como la arquitectura escondida emerge para darte una visión tan chula como esta. El contraste del blanco de la fachada con las sombras que ofrecen los balcones hace imaginarnos que la torre se convierte en un piano gigante.
Bonito cenit(creo que así se le llama a esta perspectiva)
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