Llegamos al final de la semana con esta tranquila fotografía del Río Ebro a su paso por Logroño en los primeros días de febrero. Hay una calma tan maravillosa en sus aguas que si no fuera por esos patitos que nadan contra corriente para volver a casa, podríamos pensar que han puesto un espejo en el río. Hace un año la cosa era bien distinta, el Ebro se desbordaba en esta y otras muchas zonas de su recorrido, pero como el tiempo esta loco, este año parece que no toca. Feliz finde!
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