Ay... quién pudiera teletransportarse ahora a este pequeño rincón del Mediterráneo. Este precioso lugar que os traigo hoy me dejó enamorado cuando lo visité. Se trata de Altea, y como podéis ver sus casitas blancas te envuelven cuando paseas por sus calles, mientras al fondo el mar nos vigila antes del atardecer. Lugares como este te enamoran de tal manera que solo piensas en volver cuanto antes... Yo, lo haré en cuanto tenga la oportunidad!
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