Al fin viernes! Y para algunos puente! ¿Qué mas se puede pedir? Pues por ejemplo un viaje a Cantabria. Hace unos días estuve allí, y después de tantos años sin visitarla me volví a enamorar. Aunque al principio era un día de niebla el cielo fue despejando y tuve la oportunidad de ver los paisajes en las dos facetas climatológicas. Aquí vemos un acantilado con vistas al Mar Cantábrico desde la Península de la Magdalena, en Santander. El mar embravecido golpea las rocas mientras el barco pesquero del fondo vuelve a casa. Qué belleza de lugar... Feliz finde!
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