Y llegamos al viernes con tres imágenes de unos caballos en la nieve. Me los encontré mientras caminaba en busca de preciosas y heladoras fotografías así que no perdí la oportunidad de hacerles algunos retratos. Sigilosamente me acerque a ellos, que estaban buscando comida bajo el manto blanco.
Cuando se percataron de mi presencia se fueron acercando a mi, quizá intuyendo que yo les llevaría algo de comer. Incluso cuando ya proseguí con mi camino comenzaron a seguirme lentamente.
La escena era asombrosamente relajante. Los animales me miraban fijamente, yo los observaba a través del visor y solo se escuchaba el sonido de los copos de nieve cayendo sobre la ya abundante capa blanca. Cuanta belleza nos muestra la naturaleza.
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