Hoy os traigo unas fotografías de unos tulipanes silvestres que me encontré en un pueblo de Burgos. Al no ser cultivados por la mano del hombre es una sorpresa verlos nacer de la nada. Los de la primera fotografía me encantan por la mezcla de color y porque ya no están perfectos, sino deshaciéndose.
La mayoría de los tulipanes silvestres que me encontré eran amarillos y rojos y casi todos estaban en grupos. Sus intensos colores destacaban entre la verde hierba de los campos.
Pero también encontré otras gamas cromáticas en los tulipanes como los de la última fotografía que tienen un color morado intenso que me fascina. El encuadre es muy importante en este tipo de fotografías, y si innovas puedes conseguir cosas extraordinarias.
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